Wednesday, January 31, 2018

Coco


Durante las vacaciones de Navidad había que ir al cine a ver Coco. Yo sí que fui y después me enteré que casi todos mis niños también fueron. Y no me extrañó porque es una película tan bonita que deberían permitir que la pusiésemos en las escuelas todos los días, sobre todo en nuestras escuelas, con tantos niños que vienen de Mexico o que tienen familia y suelen pasar las vacaciones allí.

Si no la habéis visto aun, estáis tardando. La película cuenta la historia de Miguel, un niño que sueña con ser músico en una familia que tiene prohibida la música desde hace varias generaciones. Miguel acaba en el Mundo de los Muertos encontrándose con su ídolo y descubriendo la verdadera razón del odio de su familia hacia la música.

Aparte de que la película es una maravilla para todos los sentidos, desde colores brillantes hasta sonidos maravillosos durante todas las escenas, me gustó especialmente porque podía ver a mis niños en ese mundo. Podía escuchar sus expresiones, sus formas de hablar, podía sentir y entender incluso más sus tradiciones y las cosas que me cuentan sobre sus familias o sus vacaciones en Mexico. Incluso podía ver en particular a uno de mis niños porque tengo a ‘Miguel’ en clase que, si no supiera que es imposible, pensaría que se basaron en este niño para el personaje porque tiene la misma cara, el mismo pelo y hasta canta igual. Solo le falta la guitarra.

Y no solo lo digo yo, lo dicen todos mis niños y lo dice él mismo. Y lo dice una foto que le tomé junto con un muñeco de Miguel que una de mis niñas se compró en Disney World en Navidad.




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